sábado, 5 de agosto de 2017
Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león. Por la rebelión de la tierra sus príncipes son muchos; Mas por el hombre entendido y sabio permanece estable. El hombre pobre y robador de los pobres Es como lluvia torrencial que deja sin pan. Los que dejan la ley alaban a los impíos;Mas los que la guardan contenderán con ellos. Los hombres malos no entienden el juicio; Mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas. Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos y rico. El que guarda la ley es hijo prudente; Mas el que es compañero de glotones avergüenza a su padre. El que aumenta sus riquezas con usura y crecido interés, Para aquel que se compadece de los pobres las aumenta. El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable. El que hace errar a los rectos por el mal camino, El caerá en su misma fosa; Mas los perfectos heredarán el bien. El hombre rico es sabio en su propia opinión; Mas el pobre entendido lo escudriña. Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres. El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal. León rugiente y oso hambriento Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre. El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión; Mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días. El hombre cargado de la sangre de alguno Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá. El que en integridad camina será salvo; Mas el de perversos caminos caerá en alguno. El que labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza. El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; Mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa. Hacer acepción de personas no es bueno; Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre. Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza. El que reprende al hombre, hallará después mayor gracia Que el que lisonjea con la lengua. El que roba a su padre o a su madre, y dice que no es maldad, Compañero es del hombre destruidor. El altivo de ánimo suscita contiendas; Mas el que confía en Jehová prosperará. El que confía en su propio corazón es necio; Mas el que camina en sabiduría será librado. El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones. Cuando los impíos son levantados se esconde el hombre; Mas cuando perecen, los justos se multiplican. Proverbios 28:1-28
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